jueves, 25 de febrero de 2016

El petardo del día





Érase una vez, un personaje, (que no de cuento), a pesar de haber intentado hacer su vida alrededor de alguno que debió leer en su infancia en una noche tormentosa. El día que lo conocí, no me quedó muy claro si el cuento lo leyó una noche así, o una noche así fue cuando sus padres tuvieron a bien engendrarlo. Pudieran ser ambas cosas a la vez… quien sabe.

Dicho elemento, se sentía tan irresistible como superdotado, sobre todo entre sus dos piernas. Era algo de lo que pasaba la vida alardeando delante de cualquiera. Obviamente, me fio más del refranero español (“dime de lo que presumes….), que de las palabras de un necio como este.

Tenía una casita maltrecha en un pueblucho de mala muerte, a la que habían cortado el agua y la luz por impago. Aun así, la utilizaba como excusa y pretexto para “descanso dominical”. La realidad se reducía a tener un sitio donde escapar de su mujer e hijos, meterse alguna rayita farlopera y, trajinarse a cualquiera que se pusiese a tiro. Si no había suerte probando por lo gratis, pues pagando, que en estos tiempos, la carne está barata.

No puedo decir que fue un grato placer conocerle, sí, que daría dinero por no volverlo a ver. Me pregunto si ya tendrá en su poder, tesoros como el VIH o joyas como gonorreas o hepatitis de la A a la D.  Sólo espero que algún día, su mujer tenga el arrojo y los ovarios de mandarle a la mierda como muy cerca. Ese día, la llamaré y lo celebraremos por todo lo alto.


Enlatando pasteles ando, por si suena la flauta.

lunes, 15 de febrero de 2016

"Sin" Valentín y "Con" amor





Atareados han debido andar los santos este fin de semana, entre Valentín regateando el porcentaje con el Corte Inglés y Antonio al que las peticiones de novios-as buenos, bonitos y baratos, asedian hasta el marasmo.

Total, todo cara a esta sociedad que nos ha enseñado a golpe de Walt Disney que tenemos que buscar nuestro príncipe-princesa, encantados y encantadores por supuesto y, que el significado de la palabra amor, queda reducida y dirigida a un anillo con piedras a las que se les da un valor que desmerece cualquier sentimiento. Triste, pero cierto. Todos los años la misma cantinela, la misma farsa con los mismos santos a los que aporrear a costa de billetera, pero que nadie cuestione cuanto quieren a alguien, cuánto más caro el premio, más amor sin duda.

Me alegro de pasar de las onomásticas lo mismo de largo que de ancho. Me siento afortunada de sentir amor de muy distintas clases y a cual más grande por todos los míos,(hijo, pareja, perrete y amigos) sin la necesidad de demostrarlo con euros y con un solo día al año. De descifrar sin palabras, que el sentimiento es recíproco y que soy feliz con la gran insignificancia de saber que lo sois vosotros en modo alguno, a pesar muchas veces de la distancia.

Besos con valentía y sin santos desde mi mar. Salud para todos.


viernes, 5 de febrero de 2016

Febrero con F






Tras una buena dosis de antiinflamatorios enlatados salteados con protectores gástricos impresos en negrita, (para que antes de tragarlos, leas bien su super resistencia a casi todo), y tras aplicar calor seco, húmedo y en todas sus variantes posibles al  lumbar, me incorporé a mi vida laboral, a los zuecos y los saco-pijamas, sin pena ni gloria. Resultado tras un mes de ausencia…todo sigue igual, como la canción aquella de Julito Iglesias.

Ante soberano aburrimiento, decidí tomarme la justicia por mi mano y me  largué a visitar el mar Mediterráneo. También seguía igual, pero en este caso no cabe el aburrimiento ni el cansinismo. Entre sol, caminatas y relax, mi lumbar resplandecía como nuevo y mi alma tomaba nota. Debería tocarme una lotería en plan salvaje, para emigrar como las aves, al calorcito.

Mientras no ceso en mi empeño con el azar, de regreso me hallo en mi mar Madriterráneo. Más gris, más sucio y más frio, pero lo quiero igual, o más. Aquí también sería igual de feliz a pesar del bajo color y del frio con una de esas loterías en mi mano. Luego pienso que todavía me queda lo más preciado, la salud, y me doy por satisfecha. No quiero estar jodida y con premio.

En fin, que de este modo se ha ido el mes de Enero que tan poquísimo me gusta y ya empezamos, por fin, a estirar los días venideros y a disfrutar de este Febrero al sol.

Feliz Febrero les deseo entre un té y un sueño.