jueves, 29 de diciembre de 2016

Entre un 6,5 y un 7,3





Cuando el tiempo apremia, ahoga y martillea para que no nos olvidemos de las labores pendientes que quedan y, que más que para ahora, eran para ayer, es imposible sacar un diez en la calificación final por mucho que nos esmeremos en hacerlo bien.

En esas anduve hace unos días, con el afán  cotidiano a la chepa y la prisa flagelando mi conciencia cada vez que intentaba hacer un impasse. Intentar sacar un hueco de aquel trasiego sin final, acabó derivando en que la pausa fue aún si cabe, más acelerada que un pollo sin cabeza. El disfrute supo a poco, a casi nada. Con la miel en los labios y las ganas de una tranquilidad inexistente para un ‘late motiv’ como dios manda, así quedé. Sometida en cuestión de segundos a la vorágine que seguía acuciando al otro lado del rellano.

Así no hay manera de sacar nota y mucho menos de pasárselo bien, que al fin y al cabo, es de lo que se trata. Entre un seis con cinco y un siete con tres quedó la cosa, sabiendo que en la nota más alta, fui más generosa de lo debido y, asumiendo que la nota baja me la merezco ( y menos aún si cabe) por mis tiempos y  prisas.



Espero y confío en una recuperación como examen, en la calma de las almas y los afanes, en los besos largos y lentos, en las exploraciones de los cuerpos a media luz, con tiempo y tiento. Será la única manera de aproximarme al doce con siete, nota más que suficiente.

Algo me dice, que el 2017 trae la miel bajo el brazo,

voy  preparando té de tener-te.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Parando un rato







Hace tiempo que no escribo;
Liada, entre tantas puntadas y tanto hilo,
se me pasan las horas, los días, los meses,
y no acabo por sentarme a escribir lo vivido,
no lo consigo.

Ha llegado mi Noviembre,
endulzando este final de Otoño tardío,
y he saboreado tan poco sus mieles…
que me deja un sentimiento sombrío
y un lejano Septiembre.

He parado la máquina,
Me he sentado a escribir de esto, lo mío.
A calentarme al abrigo de una manta,
a  paladear cada minuto, cada semana,
a vivir, a sentirme vivo.



viernes, 9 de septiembre de 2016

Respirando verano





Aprovecho el impasse del final veraniego
sentandome en éste lado, rincón de la vida,
dejando las armas de la lucha al sosiego
de un atardecer cualquiera, cansada, abatida.
Preciso disfrutar estos inalterables momentos.


Me solazo tumbada en la fresca y verde hierba,
absorbo el olor del tiempo, de un presente continuo,
que no debo dormirme en los laureles me exacerba,
debo ser capaz de olvidar las armas, el enemigo.
Abrir los ojos al sol y sentir la paz que anhelaba.


Y, entre el olor a hojarasca, a jazmín y a pino,
me impregno de retales como si no hubiera un mañana,
relleno de energía mi alma para continuar el camino,
y, admiro el colorido estival lejos de la lógica cartesiana.
Estos momentos son dignos, dignos de ser vividos.

Con té y  sin armas





jueves, 8 de septiembre de 2016

It's only love






Cuando me dijiste que tenías que irte unos días, me reprochaste no pensar en ti. Es cierto, mientras tú pensabas en una pérdida de retransmisión televisiva yo, pensaba en Nosotros, cosa que no entendiste o no pudiste ver. Una vez más, los momentos pensados pasaban a ser momentos perdidos. Una vez más, erré ante una carta de presentación mal-entregada. Se me torció el morro al ver como intentabas disfrazarme de verdugo. ¿ Crees que alguien en su sano juicio se arrancaría voluntariamente el alma si pudiese evitarlo?, yo preferiría que me la arrancasen si tuviese el privilegio de decidir.

No quiero pensar que soy o eres, más necesario que lo preciso. Reconozco mis comienzos, mis miedos absurdos y mi afán de sentirme útil. Bastó con hacer un rápido visionado del pasado para saber que, yo era la primera que no soportaba que la tratasen como una invalida. Que siempre reclamaba mi espacio y mi autonomía. Créeme que siento aquellos días con pesar y desconsuelo, no fui capaz de tomar conciencia de mis propias miserias hasta que pisé el pedal de freno.

No quiero que me mires como si fuese un náufrago que se agarra a los momentos como si fuesen los trozos del barco hundido, ni como un  látigo que intenta hacer tiras con la piel que acaricio. Tan sólo preciso de momentos ( a solas) de nuestras charlas, nuestras risas, nuestros gozos más íntimos, de todo lo que hemos construido, de lo Nuestro con mayúscula.


Estaré esperando tu vuelta antes de que te hayas ido, con ese champagne pendiente y con más amor si cabe.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Las aguas del mar


No me dejas ni siquiera imaginar
un instante, un segundo
y así te vas, vuelves  y te vas
te vas y sales de mi mundo
Yo se que miras, eres Alicia en el jardín
con la daga en la mano
sabes mi amor, que voy a morir
si tu te acercas demasiado
Con las manos tocas, con los ojos miras
pero el fuego es un fuego sagrado
y las aguas del mar
son las aguas del mar...


                                                                                                                                     Fito Páez






Esperar algo de alguien que no está dispuesto a dar nada más que lo  preciso y necesario para sí mismo, significa estar perdiendo un tiempo valioso. Puede que tras la espera, nada llegue o, lo que acontezca sea tan empobrecedor que no haya merecido la pena.

Fue una gran idea instalarme aquel botón del ingenioso Mr. Chairman y, poder accionarlo cuando es preciso aplicar la razón ante todo. De repente se aclara la vista, como si hubiese pasado por ella un fugaz limpiaparabrisas. Te ves rápidamente al otro lado de la pista y, te das cuenta de cuan estúpida situación acontecía.

Reniego de las esperas y del gasto inútil de energía. Prefiero cambiar el chip y dejar de ser tan jodidamente correcta en situaciones que no lo requieren ni lo merecen.
En las aguas del mar, es inútil tratar de sobrevivir si no tienes agallas ni aletas. Si algún día decides bajar, cómprate unas antes de fenecer entre mis brazos porque, no tendré piedad.


No soy quien no puedo ser.

domingo, 28 de agosto de 2016

Retorciendo planetas






Anda suelto por ahí un dicho que me encanta como suena y es cuando algo bueno sucede porque “se han alineado los planetas”. Es más, desde que lo aprendí, me encanta utilizarlo, no lo niego.

A cuenta viene esto, por algo que sucedió en un tiempo no muy lejano, en el que las cosas no sucedían como nos hubiesen gustado que pasaran. Me dije a mí misma, “los planetas no se han alineado”.

Siempre he pensado que las cosas cuando pasan, o no, lo hacen por algo. Si algo no debe suceder o, realmente sucede aunque no queramos y pongamos en ello todo el empeño reconcentrado, es porque debía ser así.  Sus consecuencias y, en esto llámenme ilusa, creo que suelen ser buenas.

El otro día, me comentaron que, si hacía falta, se retorcían los planetas para que las cosas sucedieran. De repente vino a mi mente, una graciosa imagen de alguien luchando contra los elementos celestiales para ordenarlos a su antojo, sin conseguir modificar un ápice.

Creo que es mejor esperar de modo natural, esa alineación y lo que ella traiga bajo el brazo. Puede ser que forzar la situación no sea más que, algo mediocre e inapreciable y sus efectos acaben siendo nocivos para la salud.


Mejor no tentar al Universo ni a sus fuerzas.

sábado, 6 de agosto de 2016

Vuélvete la luna










Vuélvete la luna (pulsa para escuchar)













Dieciocho años que te fuiste.
Dieciocho años que te dije ‘adiós’ a la vez de ‘te quiero’.
Después de veintiocho junto a ti, me quedé aquí
viéndote  partir a ese lugar  que no querías.

Dieciocho años después me niego,
a llorarte delante de una piedra escrita y,
a ponerte flores hoy frescas, mañana marchitas.
Te llevo aquí, conmigo.

Te sigo hablando como si estuvieras, te pregunto
esperando una respuesta de vuelta.
Si te volvieras la luna o, te volvieras estrella
o, al menos hablarte un ratito pudiera,
te daría las gracias por todas nuestras vivencias,
por acunarme en tus brazos en esas noches eternas.
Por espantarme los miedos, por darme tu entereza,
Por cuidarme cada día.
Hoy mi llanto hecho poema te dedico, madre mía.






domingo, 31 de julio de 2016

Noche gélida de Agosto











Las tres y media pasadas, marca el reloj. Aquí estoy  una vez más, frente a la pantalla, aguantando el sueño y las ganas. A pesar de hacer una noche de verano en toda regla en el exterior, aquí nos encontramos a unos 16 grados centígrados. Me he hecho un nudo marinero entre una bata de quirófano y un foulard ,(improvisado). A pesar de todo, creo que utilizaré una manta que tengo a mano, a modo de poncho andino y, unas calzas rellenas de algodones como orejeras. ¿Puede hacer más frío?...siempre.

El té que realicé con agua hirviendo de la tetera, se ha quedado helado en cuestión de medio minuto. La tarta de chocolate semicongelada que traje para el postre, no hay cristiano que la reblandezca lo suficiente para hincar el tenedor en ella. A la hora de cenar, la sensación era de estar comiendo tortilla de patatas en bragas y, en medio de la estepa Siberiana.

¿Puede haber mayor dislate, que este desfase de temperatura ambiental?....Siempre. Miro el té de reojo, me incita a cambiar el sobre de azúcar por un sobre de amoxicilina. Que no se diga que a estas horas no hago prevención de la salud.  Pese a quien pese, en mi pueblo, esto es una amenaza al sistema regulador de la temperatura corporal en toda regla.

Para colmo los besos están lejanos y no llegan. Algo que a éste pez le haga entrar en calor a la luz infernal del foco que todo lo ciega.



Deseando ando, de quitarme los calcetines y poner mi cuerpecito al sol mañanero a ver si el culo entra en calor. 

jueves, 21 de julio de 2016

De estrenos y coñas





Hoy he estrenado mi supermáquina de calentar agüita clara y, el té sabe más rico que nunca. El microondas prefiero dejarlo de lado.  Confieso que cada día me gusta menos y me disgusta más. Voy a recordarme esto y a lo mejor,  en un ataque de limpieza, lo arranco de la cocina de una vez para siempre.

Hoy he estrenado el comienzo de la escritura en las hojas de papel que tanto añoro. Tan sólo he hecho un bosquejo del cuadro y, lo he repasado unas cuantas veces de la ilusión que me hacía verlo, renaciendo por fin.

Hoy he estrenado un nuevo método, para pillar ‘in fraganti’ a esa petarda que le encanta meter mano al móvil sin permiso alguno. Espero poder darme un baño de gloria cuando me cuenten, el careto que se le queda. Pena que aún no hayan inventado el calambre vía satélite y, soltar un calambrazo de vez en cuando a tanto curioso pernicioso,

Hoy me quedan apenas ocho horas para abrazar mi cama. No la estreno, pero cada vez que la pillo por banda, es como si fuese la primera vez que me acuesto entre algodones y, me acunan hasta dormirme. ¿Quién inventaría la cama? Habría que ponerle una estatua honorífica en cada pueblo como poco.

Les deseo un miércoles noche repleto de dulces sueños y un jueves día muy feliz


miércoles, 20 de julio de 2016

Locura tortuguesa







La loca de los peines está peor que nunca.  No es que yo lo piense, es que todo el mundo la tiene calada hasta los huesos.  La locura se esconde, pero sólo un rato, después aparecen los brotes y ya no hay quien la sostenga. Eso es lo que ha terminado por pasar  a esta tortuga de caparazón de piedra y pensamientos retorcidos.

Si las miradas matasen, hace rato ya estaría muerta. Me viste y desviste con una mirada sin control,  de forma brusca y ofensiva, mientras se quita y se pone con desmedida enajenación las gafapastas que porta ora en mano,  ora en ojos. Impulsivamente suelta por su boca una carcajada de forma histriónica que hace girar los cuerpos presentes hacia los alaridos suscitados por la susodicha. Mientras,  apalea con sus dedos bruscamente el móvil,  en busca de alguna presa que se preste fácil.

Me (nos) odia, lo sé.  Si tuviese en su poder una goma de borrar, estaríamos más velados que un carrete expuesto al sol.  Quisiera ser bruja, (más de lo que ya es),  y poseer cada una de las vidas que la rodean. Al final, algún resorte interno debe hacer detonación en esa maraña que porta por cabeza y la devuelve a su loca realidad.  Es entonces, cuando afloran las crisis de ansiedad que intenta aplacar a base de Lexatines encapsulados y otros remedios caseros a escondidas.

Vaticino un pesaroso final para una tortuga que siempre quiso ser camaleón.  Espero no estar presente ante la hecatombe que se aproxima.


Cuídense bien, los caparazones de piedra hacen daño, seguro. Los pensamientos retorcidos, más aún si cabe.

Duermevela, no soplar









Llegó igual que llega ese golpe seco y frío que no esperas. Sin sensibilidad, con tono desagradable y desafiante. Obviamente la queja fue muy mal recibida y peor encarada. La ola que vino de vuelta, arrasó con todas las palabras que quedaban en la boca. No salió de allí un solo sonido más. Tan sólo y a escondidas, dejó  caer sin querer, una lágrima que asomó sin permiso por el rabillo del ojo derecho. Se la secó con el paño de cocina. que quedaba a mano en aquel momento, se vistió y se fue.

En el silencio de la noche, tan sólo se escucha un lejano soplido, que recuerda a los fuelles de los antiguos respiradores. Tan sólo un paciente ante sus ojos, sin nadie más. Quedó el silencio en sus labios y continuó el resto de la jornada, acompañándola. A veces entraba en una sensación de duermevela desvelada y, recordaba, que aún seguía enmudecida ante la contemplación de aquel cuadro, más abstracto si cabe que un Van Gogh.

Recogió las orejas de sus manos y las apagó y, en aquel silencio,  pidió al reloj colgante, que pasara rápido las horas para regresar al hogar, abrazar a un peluche y soplar las velas que dejó encendidas. Es cuestión de horas, es cuestión de tiempo, es cuestión de silencios y de calentar tazas de té a horas intempestivas para acompañarlo con las dichosas patatas contrahechas.

Eran las tres de la madrugada cuando, en silencio y en secreto, escribía lo que no era capaz de hablar. El teléfono seguía igual de mudo que ella. Miraba el reloj, seguía estancado en el mismo sitio. Reinaba el silencio mientras luchaba contra el sueño que acechaba.

Duermevela, no soplar hasta mañana.

viernes, 8 de julio de 2016

Y los sueños, ¿sueños son?

  


¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

          Calderón de la Barca





 Si tuviésemos que relatar los sueños que recordamos desde que tenemos uso de razón, realmente no nos acordaríamos de tantos. A pesar de ello, sería bastante aburrido para el lector enlazar sin cesar, uno tras otro con sus incongruencias oníricas. Hoy, se me ha venido de repente esta idea a la cabeza y, tengo que confesar, que he estado un buen rato partiéndome de risa rememorando algunos de ellos.

Si es cierto, que algunos se hicieron realidad, otros más vale por los dioses del universo que no se cumplan. Sólo pensar que me pasé por la piedra a Bisbal  (cosa que me revuelve hasta el infinito), que llegué a tener pene y no en la frente y varias chorradas más, mejor que se queden en la caja esa de “sueños que no deben cumplirse”.

El resto, si son buenos, son bienvenidos siempre. Aún estoy esperando soñar que me toca la lotería y, que se cumpla. Y los que pudieron llegar a ser, pero que tan sólo se quedaron en un sí pero no, pues que se le va a hacer. Peores cosas se perdieron en el camino. Lo que sucede, no sucede porque se fuerza la maquinaria sino, porque tiene que acabar sucediendo tarde o temprano. Así que yo, hecho el órdago a la suerte y, si cuela (siendo farol o no), me llevo el mus.


Mientras tanto, a la realidad de los zuecos fríos,  el té caliente  y los sueños libres. 

jueves, 7 de julio de 2016

El amor se va...pues sí






  El amor se va igual que dos y dos son cuatro.
Quién no entienda eso, tiene un problema.






Cuando era una adolescente, me costaba un enorme trabajo entender la frase “se les acabó el amor”. No entendía cómo era posible enamorarse de alguien y  que el amor pudiera terminarse. Bendita inocencia cuando aún habita en nosotros esa mitad de niñez.

Ahora no me asombra entenderlo a la perfección. Lo que me sigue sorprendiendo, es que a estas alturas de la película, siga habiendo personas que se hayan quedado estancadas en los quince y, que con más pelos en sus partes bajas que en las alturas, sigan haciéndose filigranas cordobesas  en  el cerebro cuando se les comunica que la historia terminó porque el amor se fue.
Lo peor de todo es cuando intentan que te transformes en una miscelánea de Einstein y Rappel para que les resuelvas cualquier tipo de ecuación ñoño-amorosa y además predigas que pasará después ante las múltiples combinaciones posibles…Y yo que sé que tiene cada pájaro en su cabeza!.

El amor es un sentimiento con miles de pinceladas, texturas y expresiones que cada uno porta y transmite parte como sabe y, parte como aprendió. Y, como todo sentimiento, cambiante, modificable y unos mil trescientos adjetivos más que me ahorro y que la mayoría ya sabe. Tan sólo la madurez de cada uno, la tranquilidad en su día a día y el aprendizaje es lo que (creo) que hace que ese sentimiento vaya moldeándose a las circunstancias y siga vivo. Pero que somos humanos, erramos más que los bichos de Paulov, que el instinto al final es lo que subyace y que nadie está libre de mojarse el culo, está clarito y conciso.

A vivir la vida como viene, los días con lo bueno que traigan, intentando ser felices en la medida que se pueda y con salud y un buen vinito. No hay más.
Comerse la testa por lo demás, está de más y es un absurdo encomiable.


miércoles, 15 de junio de 2016

Va' dova ti porta il cuore



                                                                                                                                           




“..Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundiada con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio y, escucha a tu corazón. Y, cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.”   

                                          Susanna Tamaro




Hace muchos años, leí un libro titulado así. Tuve que hacer un esfuerzo, lo reconozco cuando comencé a leerlo. Llevaba pocas hojas y lo dejé aparcado, pero algo dentro de mí, me decía que debía leerlo. Lo conseguí y acabé aquel libro con lágrimas y mocos incluidos. Desde aquel día, decidí que aquella increíble frase podía hacerla mía. En cuanto había dado unos cuantos pasos fuera del mar, me di cuenta que, era una fantasía más.

He de reconocer que me ha costado y, me cuesta, hacer más caso al corazón que a la razón, sobre todo, con el transcurrir de los años. Una se acaba volviendo más pragmática, realmente, se podía decir, que quizá sea más un mecanismo de defensa. A pesar de ello, la parte visceral muchas veces me puede cuando echa un pulso, lo reconozco. Intento dejarme llevar por el corazón, pero la intuición va por delante y la razón por detrás intentando corregir las erratas.

Aún así, sé a ciencia cierta, que estoy donde mi corazón ( y parte de mi razón) me dijeron que estuviese. Que dejarme llevar no es lo mío, pues me cuesta un mundo no poner el acento cuando se debe. Tan sólo, cuando bailo, es cuando me dejo llevar sin pensar y ahí es donde el corazón reside y triunfa, a pesar de haberse llevado zancadillas, pisotones por doquier y plantones en medio de la pista. No puedo ser quien no soy.  Habita en mí una mitad humana racional y una mitad pisciana emocional y, esas dos partes cuando se juntan, hacen lo que soy sin más.

Leyendo de nuevo el libro entre un té con lógica y unas pastas con sensiblería.

Sean felices y vayan donde el corazón, la cabeza o ambos dos les lleve.

miércoles, 1 de junio de 2016

Deseando empezar











Antes era un secreto sin más. A partir de hoy, ya es un secreto a voces. Mascullándolo he estado, cómo hacerlo, cómo empezar, cómo sacar el tiempo necesario para trabajar en ello. Después de darle unas cuantas, (bastantes) vueltas, he tomado ya la decisión final.

Tengo ganas de volver a oler las hojas de papel en las que tanto escribía antaño. Tengo ganas de hacer algo que llevo rumiando hace tantísimos años y que por “hache” o por “be” nunca me decido a hacer. Tengo una ilusión enorme por verlo algún día terminado y poderlo acariciar entre mis dedos.
Tengo un sueño por supuesto, y es que, todos me puedan llegar algún día a leer.

Comienza aquí el periplo con nervios incluidos. Espero algún día poderles decir, que terminé mi primer libro. Ya les iré contando aventuras y desventuras del camino.


Tomando té con nervios.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Me sobran los motivos..




   Llegué cuando todo el mundo ya estaba dentro, a pesar de llegar pronto a la cita. Abrí las puertas y una alfombra roja y larga me indicaba el camino a seguir. Una grave voz anunciaba mi nombre, como si fuese una invitada al baile. Entoné mis zuecos por el carmín del suelo y llegué a mi destino.  No pudo ser más redondo ni más certero. Se unió el seis con el ocho y el resultado fue preciso y correcto.

   A partir de ahí todo fue un cúmulo de sensaciones, vértigo, felicidad, vértigo, sensación de llegar, vértigo, sensación de alcanzar…de triunfo, y, al abandonar la sala de baile, el calor de los abrazos, las palabras complacientes al oído, los llantos mezclados con las risas y los nervios de los presentes, los dos besos plantados a conciencia en medio del gentío…

   El champán brotando entre mis dedos, la felicidad de sentirme cerca de los míos, tan cerca y tan lejos…aparecen por mi cabeza miles de palabras, adjetivos, frases que escribir definiendo el momento, el día, y cuando aquí me siento, se me ensancha el alma entre los logros y vosotros. Gracias a tod@s por estar siempre a mi lado, hasta en la distancia estáis aquí. Gracias a los que se fueron un día, pero se quedaron en mi corazón, ayudándome a cada paso que voy dando. Gracias a mis Dioses por cuidar de mi salud .¿Se puede pedir más?....

Hoy me sobran los motivos para ser feliz,
Y me faltan las palabras para describirlo.



miércoles, 4 de mayo de 2016

Un billete a La Toscana




Tengo que volver 
a mi Toscana,
ella fue capaz de
sanar mi alma
un día.









Intentó aplastar todo lo que pudo, el teléfono contra su oreja para que no me apercibiera de nada, para mi suerte o mi desgracia, lo escuché.

Volvieron de nuevo sentimientos que una vez enterré para no volver a sentirlos, pero da igual, da igual que los quemes, los entierres o los intentes ahogar en lo más profundo del Océano, al final, siempre aparece un puto duende con ellos bajo el brazo y, te los lanza a la cara sin dar tregua a respirar.

Por más que intentó arreglarlo, no hubo manera posible de volver a encajar lo roto en su sitio de nuevo. Cada parte había cambiado y ya no coincidía con la que antes era su par. Aquello no quedaba más remedio que recogerlo, tirarlo y volver a empezar.

Así es la vida de cachonda y así de petardas son las personas. Cést la vie…



Buscando el cartel del Mr. Chairman me hallo, de algo hay que reirse. 

viernes, 22 de abril de 2016

Once upon a time...









….dos sombras en el suelo, la tuya y la mía. No era capaz de girar sin la sensación de caer al vacío. Entonces, aparecía tu brazo, agarrando mi cintura como si no hubiese un mañana y, la seguridad de realizar cualquier pirueta, volvía a mí.




  
....Detrás del telón, estaban los arduos ensayos a que nos sometíamos cada día. Tu brazo aguantaba mis caídas y mi cuerpo tu ritmo. Todo aquel cuento valió la pena vivir y bailarlo hasta quedarnos sin aliento. Éramos libres, volábamos como pájaros  y danzábamos al son de un mismo compás. 

...Hubo una vez en la vida...un tiempo en que no bailé a escondidas.



miércoles, 20 de abril de 2016

Close to you...






Why do birds suddenly appear 
Everytime you are near? 
Just like me, they long to be 
Close to you... 

Why do stars fall off from the sky 
Everytime you walk by? 
Just like me, they long to be, 
Close to you... 










Cabalgo sobre los 150 caballos que me llevan y me traen cada día, una vez más, rumbo al mismo sitio de siempre. Ya no tengo que dirigirlo, se sabe el camino de memoria y me lleva sin rechistar, a la hora en que el resto de los mortales, comienzan a degustar sus cenas.

Le pido que me cante mientras me pasea, y al conectar la música de su interior, aparece de vez en cuando su canción. Le recuerdo, cada vez más vagamente, susurrándome al oído la melodía mientras me acunaba en sus brazos. A veces se detenía a mirarme y mis ojos se veían reflejados en un espejo de diversos verdes. Los dos tan parecidos y tan diferentes…

Pienso en ti cada vez que la escucho, es inevitable, aparece sin querer la dichosa asociación de ideas y, con la canción, apareces tú. La chapurreo y cuando termina, mi coche termina su ruta, apaga sus luces y su motor. Y me quedo allí, mirando la noche abierta y pensando porqué nunca te fuiste del todo a pesar de mis intentos por hacerte desaparecer de mi memoria. 
Debe ser cosa de la genética;  mitad pez, mitad astral, soy inevitablemente una parte tuya, y eso aflora por encima de la razón y las vísceras.
 Camino hacia mis zuecos con el soniquete de tu voz........

"On the day that you were born 
The angels got together 
They decided to create a dream come true 
So they sprinkled moon dust in your hair 
And put a starlight in your eyes so blue...."...(listen)




lunes, 18 de abril de 2016

Así soy-estoy







         Que entre la muestra y la demostración siempre han bailado mis pies, es algo tan inevitable como exacto, entre mis zapatillas de ballet y las de caminata.
        Exhibicionista por los cuatro costados pero no a cualquier precio. De modo silente pero latente, que parece que no está, pero que se nota por dónde ha pasado.
        Pertinaz como defecto principal aunque en ocasiones corregible.
         Imaginativa a la par que fantasiosa, la culpa la tiene la parte piscícola que me viste.
         Resiliente hasta la médula, no hay nada que me impida levantarme una y otra vez de las zancadillas de la vida.
        Impermeable al mal humor, a la mala leche, a los cardos borriqueros y a los amargados impenitentes.
        Inexorable con las injusticias, con la intransigencia y la crueldad.
        Singular, exclusiva e inimitable como cualquier mortal (incluidos los peces).
        Muy buena cuando hay que ser buena y, mucho mejor cuando no hay que serlo.
       Sueño mientras camino entre los árboles. Canto en voz alta cuando nadie me ve y bailo entre penumbras. Se podría decir que estoy algo loca, ¿Acaso hay alguien ortodoxamente cuerdo?.    

       Entre un sueño y un té.