sábado, 30 de marzo de 2013

Insensato jet-lag



Y para colofón de este mes, un jet lag servido en plato frío, nada sugerente y ni por lo más remotamente interesante. Hace ya tiempo que dejé  de buscarle el sinsentido a este ritual insustancial.
Todo el mundo a la vez, igual que se come las doce uvas, cambia de canal en su reloj habitual sin un porqué, se cambia y ya está. Y así nos pasamos la vida cada seis meses para aburrirnos un poco menos. Un ratito para adelante y un ratito para atrás.
Esta noche duermo mucho………esta noche curro menos.
Soporto mejor el jet lag de cualquier vuelo intercontinental, será porque tiene mucho más sentido que este desfase horario tan absurdo como peculiar.
Que ustedes duerman un poco menos y vivan un poco más.

viernes, 29 de marzo de 2013

Confesión indescifrable



"Inspiración,
la belleza ha embriagado mi alma.
Adoración,
abrumado por mil sentimientos.

Fascinación
conmovido ante un atardecer.
Admiración,
amarás el silbido del viento.
Sentir la pasión,
aquello que amas,
suspiros de vida,
siente la emoción"
                                                                Stravaganzza









Mi madre me contó en cierta ocasión, que cuando yo nadaba dentro de ella, tuvo varias veces seguidas eso que llaman "antojo". Un antojo incapaz de satisfacer. Se le antojaban rosas pero no sabía para qué, si para olerlas, tocarlas, comérselas o pisarlas. Cuando salí de aquel mar, portaba una mancha con forma de rosa en mi nuca. Ella decía que aquello había pasado por no haber satisfecho su antojo.

Nunca creí en el tema de los antojos, pero el caso es que desde que era una cría, las rosas causaban en mí una sensación indescriptible. Las miraba y ansiaba tenerlas sin motivo alguno ni razón. Acabé asaltando los jardines y dejando los rosales completamente desiertos a partir de los ocho años. Las colocaba en un jarrón en agua y observaba en ellas una belleza distinta, un misterio irreverente. Estaban allí, pero sentía que no las tenía realmente, era como si buscase absorber la esencia de aquella enigmática flor. La busqué, en forma de perfumes, sabores o tactos de cosas con olor, sabor y textura de rosas....no fuí capaz de encontrar que era lo que de aquella flor me atraía tanto hasta dejarme llevar. Me pregunto si esa sensación que cabalgaba entre la excitación y lo irritante no sería fruto de aquel dichoso antojo maternal.


Lo cierto fue que nací el mes en que las rosas comienzan a florecer, que sigo portando bajo mi pelo esa mancha connatural. Y, que a pesar de todo este tiempo, sigo sin descifrar la ecuación de la atracción hacia la subsodicha flor. Y, que tengo que confesar, entre risas y algo de vergüenza, que cada vez que encuentro la ocasión sigo asaltando rosaledas con la misma pasión y destreza en mi mar.


                                                        


                   






 Con sabor a rosa en el paladar.
Rebuscando en el armario mis guantes,
mi antifaz y las tijeras de podar.
                                                  

miércoles, 27 de marzo de 2013

Relato de albricias



"Si el sentimiento, más desobediente,
se niega al natural imperativo,
álzate tú, versátil y valiente.
Tu oficio es cotidiano y decisivo:
mientras alumbre el sol, serás ardiente,
mientras dure la vida, estarás vivo."
                         Antonio Gala




La naturaleza que siempre es sabia, es capaz de recomponerme de todos los males que van y vienen y dejarme siempre en el mismo punto de partida. A partir de ese punto, es cuando intento hacerlo distinto, diferente a la vez anterior, o al menos, disfrutar un poco más en cada vez y en cada intento.  Tengo que confesar mal que me pese, que la gran mayoría de las veces lo consigo, cosa que me acaba haciendo un poco más feliz si cabe.

También confieso y sin que me pese un microgramo, que gracias a las teorías de mis ancestros, Dorem y Henderson, me encanta jugar al juego de cubrir mis necesidades y acabar como colofón sonriendo, cosa que no sólo pesa sino que además malpesa  en derredor a los que conviven entre la amargura y la misantropía. Esto me empuja aún más a rozar la satisfacción y la exultación.

Doy desde aquí las gracias mil, a quienes cada día comparten conmigo sus penas y alegrías y me apoyan y ayudan a intentar ser cada día un poco mejor. Para tod@s  ell@s mi relato en semi-poesía.

lunes, 25 de marzo de 2013

Velitas interespaciales





"Poniendo velitas al cielo,
para pedir lo que quiero.
Olvidar todo lo no querido,
y vivir en armonía
tan sólo cerca de los míos.

Vivir tranquila y en paz."









    Y pensar que una vez en mi vida fui capaz de creer, que si resultaba agraciada con el primer premio de la primitiva, seguiría trabajando como la que más en este trabajo que tanto me gusta….quién me iba a decir que con el paso de los días, acabaría cambiando radicalmente de opinión…. Me iría….Lo suficientemente lejos de esto como para poder olvidarlo todo y a casi todos.

Me encuentro cada día trabajando en un ambiente hostil, y encima dando gracias al cielo por tener un trabajo en los tiempos que corren. Cada día abro la puerta de entrada a mi jornada laboral y una especie de entuerto me recorre el estómago y acaba enclavándose en mi espina dorsal. Algia que da el aviso de salir corriendo. Esto si que acaba siendo un quiero y no puedo.

Así que aquí me hallo poniendo velitas a los Santos Intergalácticos y esperando un empujoncito sólo para vivir más tranquila y tirar los zuecos de una vez.



jueves, 21 de marzo de 2013

Desvinculación "ad hoc"





El silencio cada vez más, se hace el dueño de mi estancia. La recorre de Norte a Sur escudriñando cada rincón a su paso. No me resulta incómodo ni arduo en mi convivencia. Se ha hecho amigo de la soledad y ambos residen en consonancia con mis escamas a lo largo de los días, a lo largo de las distancias que cada vez son más dilatadas.
El repique de las ausencias hace que acabe con los días acomodándome a situaciones anteriormente no queridas ni buscadas, pero que a día de hoy, cada vez se van haciendo más necesarias.
El paso del tiempo va haciendo que todo se pase, se cure, y hasta sin querer se olvide. Era algo contra lo que también luchaba. Ahora ya no me quedan ni fuerzas ni ganas de hacerlo. Simplemente me dejo mecer por las corrientes que azotan cada día mi anémona, me relajo y pienso que todo esto está pasando porque debía. Eso es lo que más me tranquiliza y me hace sentir bien a pesar de ver como la preterición por desuso anida cada vez más fuerte aquí. Sin dudarlo me pongo mi vestido de gasa y mis botas de caminata y emerjo a la superficie a contemplar esta dicha.
Me sorprendo viéndome como antes jamás pensaba. Feliz y rebosante respirando el aire puro de mi mar.

martes, 12 de marzo de 2013

Aires revueltos






"Queda, sólo el silencio, que hace
estallar la noche fria y larga
la noche que no acaba
Sólo eso queda...

Queda un gesto amable para no hacer la vida
insoportable y así  ahogar las penas,
Sólo eso queda...


Frente a frente bajamos la mirada
pues ya no queda nada de que hablar
nada... "


                                             Jeanette







Cada mañana, cuando suena el despertador que me anuncia que la tarea vuelve a comenzar,( al igual que lo  hace de vez en cuando alguna noche), me pongo en pie teniendo cada día más claro que a partir de ese momento, comienza mi jornada laboral . Suelo mojar mi cuerpo en el agua horas antes de empezar. A veces se hace necesario volverme a mojar de nuevo al volver a mi mar para aliviar las tensiones retenidas y olvidar las horas ya pasadas.

En los últimos tiempos, el baño se ha incrementado considerablemente, de la misma forma y progresivamente lo ha ido haciendo el ambiente laboral que cada día me rodea. La tensión se mastica en el aire, revuelto hasta sus confines. Basta una mirada no querida en ese momento o una gracia mal avenida para que la bomba estalle. A pesar de todo lo intento y sigo cada vez que puedo sonriendo, a pesar de los pesares por supuesto. Soy consciente que muchos compañer@s  me miran como a un bicho raro sin entender como puedo seguir manteniendo un mínimo grado de humor en estos tiempos tan revueltos.

Cada día lo tengo más claro. Llego, comienzo mi jornada laboral, intento que pase lo mejor posible, de la misma forma que intento pasar todo lo desapercibida que se puede pasar. Cumplo con mi horario matinal o nocturno, recojo a toda prisa y cierro la puerta cerrando tras de ella todo lo que queda allí dentro. Me autoprohibo a mí misma darle a mi cabeza la más mínima vuelta de tuerca sobre cualquier asunto que allí haya quedado por turbio que haya sido. Sin más...olvido.

Esta noche vuelvo de nuevo a los aires enrarecidos.  Desaires, gritos, insultos entremezclados sadícamente disparados, mandatos que a veces rozan el umbral del maltrato.....Se agradece ver entre tanto revoltijo, una voz agradable, una sonrisa cómplice y un abrazo sincero. Este escrito va dedicado a tod@s  esas personas que son mis amig@s  cuando estamos fuera de allí.  Desde este blog en mi mar, os animo a que sigais siendo como sois. A que, a pesar de las circunstancias no cambieis nunca. Y a que sepais a pesar de no hacer falta rubricarlo, que me tenéis cada vez que necesiteis de mis manos para apoyaros en el vendaval.

Deseos de ánimo y cariño incondicional en ésta vorágine institucional.



lunes, 11 de marzo de 2013

Rosas en mi mar






"Cultivo una rosa blanca
En julio como en enero
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca

Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo
Cardo ni ortiga cultivo
cultivo una rosa blanca"



                         Javier Martí





Hoy me he puesto el delantal,
he cogido los trastos del archivo,
para rehacer el jardín de mi mar,
pues este es el mes de arreglar,
los rosales de mis cultivos.

Con esmero los voy ordenando
cada cual por su significado y color,
sin olvidar de cuando en cuando,
podarlos, abonarlos y regarlos,
para obtener un resultado superior.

En primerísima línea propongo
siempre a mi libre antojo,
una plantación de rosales blancos
por cada amig@ que dispongo
entre mi corazón y mis ojos.

Entre cultivo y cultivo elijo
un lugar predilecto en mi mar,
con un cuidado casi prolijo
un rosal para ese amor particular,
a repartir entre una rana y un hijo.







martes, 5 de marzo de 2013

El mes de "mi" año nuevo








Llegó sin permiso
la estrella de antaño
la que antes era solo luz.

Cayó de repente
desde el azul del mundo
y el corazón se me encogió



                               Mari Trini











        Llegó sin llamar, mi mes. El mes de las rosas. El mes que anuncia que el invierno ha terminado aunque sea de forma entrecomillada. El mes en que las horas del reloj cambian y transforma  las noches más cortas y  las horas diurnas más largas. El mes que me recuerda que otro año nuevo viene a mí con sus entresijos y sorpresas.

        Este es el mes en el que comienza mi año una vez tras otra, el mes de las intenciones, de los objetivos, de la evaluación de las metas, las conseguidas y las que no. Como no me gustan las promesas, no me prometo nada, de esa forma aligero el peso del camino y tan sólo si al final de la caminata, el objetivo es conseguido, tengo algo más porqué celebrar el nuevo año que empieza.

         Os deseo un mes de Marzo todo lo bueno o bonito que se pueda.
        
         Me deseo un mes de Marzo sin igual, como todos los Marzos de mi vida. Un fin de lo pasado y un comienzo de lo que está aún por llegar.

       

viernes, 1 de marzo de 2013

Enfriándome


     

    Tras un día revuelto y gris, ha hecho falta tan sólo setenta y dos horas para que se haya formado una densa capa de nieve, tan sólo setenta y dos horas para que bajo esa capa haya helado lo suficiente para que la nieve haya acabado cuajando encima a modo. Ha hecho falta un par de minutos para que el agua de lluvia se lleve todo tras de sí, la capa de nieve, la capa de hielo y la capa de porquería que quedaba debajo.

        Exactamente igual que en mi interior. Todo comenzó con la llegada del frío y mi capa inferior comenzó a congelarse. Justo a las cuarenta y ocho horas, comenzó lo peor y empezó a hacer acto de presencia el síndrome de abstinencia. Fue harto jodido estar intentando controlar los temblores que la rabia interna provocaba para sobresalir al exterior. Hizo falta más de una simple y vulgar carrera a la par que un lote de zanjas en la huerta para que la fatiga corporal acabase venciendo los síntomas de la dichosa abstinencia. Una vez asentada la capa de hielo sobre mí, el resto era ya coser y cantar con una buena capa de nieve blanca, tupida y helada sobre mi cuerpo.

        Una vez puesta a enfriar, era mucho más sencillo que hacer encaje de bolillos, el dedicarme a descifrar tantas preguntas como se me iban ocurriendo. Así iba transcurriendo el tiempo entre pregunta y respuesta, en alterne con afirmaciones que se me antojaban de repente y sin más. Entre carne fría y piel gélida, me preguntaba qué hago con mi vida en éste preciso momento. Me admiraba por haber sido una guerrera incondicional en la batalla de la abstinencia más febril y trataba de resolver el enigma de saber a qué clase de juego estoy jugando y a qué batalla no deseada me enfrento sin necesidad ni ganas.

        Después el agua del mar hizo el resto de su trabajo en cuestión de segundos y con su baño regalado, me despojó en un abrir y cerrar de ojos de todas las heladas capas que cubrían mi piel y mis escamas.  El brillo que queda tras la avalancha, es reluciente sin igual. El frío interno corporal, queda presente y patente para asegurar que no habrá más dependencia ni más abstinencias ni más enigmas que vapuleen mi corteza cerebral.

Fresca, fría y recompuesta, como cualquier pescado de mi mar me hallo.